9/11/2016

Los esfuerzos para que fueran a las urnas y el rechazo a Donald Trump llevaron a muchos a votar por primera vez

 

Los esfuerzos por animar a los inmigrantes a ir a las urnas —así como un rechazo del candidato del Partido Republicano, Donald Trump — produjeron un gran aumento de la participación de los latinos en las elecciones de Estados Unidos. Muchos de ellos votaron por primera vez.

Martín Melchor, un trabajador del sector hotelero de Las Vegas de 52 años, se convirtió en un ciudadano estadounidense hace 19 años, pero reconoció que nunca había ejercido su derecho al voto. El inmigrante señaló que se sintió motivado a votar por primera vez debido a algunas de las “cosas malas” que escuchó de Trump. “No puedo dejar que gane”, dijo Melchor. “A veces decimos que no creemos que necesitamos votar, pero ahora tenemos que hacerlo porque va a afectar a nuestras familias”.

En North Miami Beach, María del Consuelo Torrealba, una inmigrante venezolana de 49 años que se convirtió en ciudadana estadounidense el año pasado, votó por primera vez en el país el martes. Contó que su sufragio fue por la candidata demócrata Hillary Clinton.

“Ella ofrece muchas oportunidades y defiende a las mujeres”, anotó Torrealba, una niñera que se registró como demócrata. La inmigrante venezolana considera que Trump es profundamente ofensivo. “Ha hablado muy mal sobre las mujeres y los inmigrantes”, dijo.

En Carolina del Norte, Quanisha Robinson, una estudiante de primer año en la Universidad de Shaw en Raleigh, dijo que estaba ansiosa por votar por primera vez, por Clinton. “Es la mejor para ahora mismo”, dijo la joven de 19 años. No obstante, señaló que estaba aún más entusiasmada por votar en contra de Trump. “Siendo hispana, siento que él es desconsiderado en lo que dice. Es hiriente”, dijo.

En Houston, Laura Cantú, de 37 años, una cuidadora y madre, dijo que su temor a una presidencia de Trump la llevó a votar por primera vez.

“Simplemente no quiero ver a nadie que nos destroce tanto como lo hará Trump”, dijo Cantú, quien votó por Clinton a pesar de tener reservas sobre la candidata demócrata. “Créame, no quería votar por ninguno de los dos”.

En Arizona, una coalición de 14 organizaciones interreligiosas, laborales y de base, One Arizona, movilizó a votantes inmigrantes e hispanos durante meses en el mayor esfuerzo de inscripción y votación que ha registrado el estado hasta ahora, dicen analistas. One Arizona dice que registró 150.000 nuevos votantes desde enero, la mayoría de ellos latinos. Alrededor de 710.000 hispanos, un número sin precedentes, están ahora registrados para votar en el estado fronterizo de un total de alrededor de un millón que cumplen con los requisitos para hacerlo, es decir, que son ciudadanos de EE.UU. de 18 años de edad o más.

One Arizona contó con jóvenes como Gina Méndez para movilizar a otros hispanos, golpeando puertas de hogares en barrios obreros de Phoenix y acercándose a extraños cuando salían de tiendas o en estacionamientos.

“Estábamos registrando a la gente frente a supermercados, escuelas y gasolineras”, dijo la joven de 25 años, nacida en EE.UU. de inmigrantes mexicanos.

Méndez agregó que este año los latinos están motivados por el fuerte discurso de Trump sobre la inmigración, su promesa de construir un muro a lo largo de la frontera sur y comentarios negativos sobre los mexicanos.

No todos los electores latinos que votaron por primera vez eran partidarios de Clinton.

Ron Ayala, un proveedor de cuidados a domicilio, salió a las urnas por primera vez en Los Ángeles para votar por Trump.

“Él quiere el cambio”, aseguró Ayala, de 39 años, quien se identifica como latino.

Agregó que ve al presidente como una figura de proa, y que es la gente alrededor del mandatario la que importa. Piensa que Trump pondrá a las personas adecuadas en cargos clave.

“No importa lo que diga Trump, lo que me importa es lo que se hará por este país”, dijo, agregando que la creación de nuevos empleos y el impulso de la economía son sus principales preocupaciones.

—Miriam Jordan en Phoenix, Alexandra Berzon en Las Vegas, Sara Randazzo en Los Ángeles, Erin Ailworth en Houston, Valerie Bauerlein en Raleigh, Carolina del Norte, y Arian Campo-Flores en Miami contribuyeron a este artículo.

 

Para más información visita: http://lat.wsj.com/articles/SB12607330055594714088304582425251276476884  Todo el crédito a: The Wall Street Journal

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